Periódico Digital PIEB • 03-07-2014 La quinua puede convertirse en un motor económico para toda una comunidad, como sucede en el caso de Patacamaya, La Paz, donde los productores se han unido para proveer al municipio para el desayuno escolar y comenzar a procesar alimentos de manera industrial, según una investigación socioeconómica del proyecto ANDESCROP.
La agrónoma Gladys Chipana, miembro del proyecto ANDESCROP, llevado adelante por la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés, desarrolló una investigación dentro del componente de socioeconomía en la seguridad alimentaria y, más precisamente, sobre la integración horizontal de los agricultores dedicados al cultivo de la quinua en Patacamaya. Durante más de dos años, el estudio se concentró en las redes de comercialización en ese municipio que consistió en un seguimiento a los productores (ocho de sus asociaciones y su Federación), los intermediarios que actúan en la feria semanal y la administración del municipio (como consumidor demandante).
Los productores están asociados básicamente para proveer de quinua al programa municipal de desayuno escolar, que se constituye en un mercado seguro y ofrece mejor precio que los intermediarios. Chipana explica que el problema detectado en Patacamaya es que la demanda del municipio es pequeña, lo que ha empujado a los productores a buscar inevitablemente a los intermediarios (entre ellos empresas) que luego conducen el grano hacia la exportación.
Sin embargo el mercado estatal para desayuno escolar por cuarto año consecutivo apenas demanda entre uno a dos quintales por mes a las 8 asociaciones de productores, mientras que un solo intermediario puede acumular o rescatar hasta 60 quintales por día de feria, pagando por cada uno hasta 2.000 Bolivianos. Chipana explica que por eso su perspectiva a futuro no está concentrada en el mercado estatal, sino en abrir sus propias tiendas tanto en el municipio como en el mercado de El Alto y La Paz para llegar con su oferta de productos cultivados y procesados por ellos mismos.
A pesar de los obstáculos burocráticos para conseguir una personería jurídica y otros trámites, los agricultores lograron constituir la federación FEPAMPA que han logrado adjudicarse dos proyectos de Pro Bolivia con lo que sus afiliados planean adquirir equipamiento e infraestructura para constituir una empresa de producción de pan, galletas, derivados de la quinua, papa, hortalizas, etcétera. “Quieren sacar productos naturales con sello de producción en base a cultivos andinos”, dice la agrónoma.
El municipio de Patacamaya tiene 20 asociaciones de productores (cada una con 20 a 40 familias), pero seis de ellas son productores que combinan la quinua con otros productos y dos asociaciones son exclusivamente quinueras. Después de dos años y medio de estudios, y seguimiento a este caso en Patacamaya, la ingeniera Chipana comenta que la quinua es un motor económico que, combinado con el apoyo estatal a la pequeña producción, puede impulsar estos procesos productivos.
El proyecto ANDESCROP, acaba de cerrar sus investigaciones sobre productos agrícolas clave, como la quinua, y fue encarado por la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), la fundación Promoción e Investigación de Productos Andinos (PROINPA) y la Agencia Danesa de Cooperación al Desarrollo (DANIDA). En su componente socioeconómico, el proyecto se guió por el objetivo de contribuir a la mejora del sustento económico y la seguridad alimentaria a largo plazo entre las fincas que producen y venden cosechas en cultivos andinos de alto valor.
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