El MAS vuelve a prometerle al electorado aquello que tanto dolor
y polémica trajo al país.
Rafael Archondo
02:50 / 29 de septiembre de 2014
La Razón Bolivia
Lo acabo de corroborar de varias formas hasta terminar de
convencerme, confieso que aún me sacude entero, y hasta temo equivocarme por lo
inverosímil del hecho. Sin embargo, así nomás “había sido”: el programa de
gobierno del MAS, diseñado para el periodo 2015-2020, incorpora de forma
explícita y nada disimulada la construcción de la carretera Villa Tunari-San
Antonio-Santo Domingo-San Ignacio de Moxos. Sí, esa misma, ¿todavía se
acuerda?, la ruta que partirá por la mitad el Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS).
El MAS vuelve a prometerle al electorado aquello que tanto
dolor y polémica trajo al país; y queda ahora revelado, a tres años de las
laceraciones acunadas en Chaparina. No es un error de lectura ni de imprenta.
Lo hizo del mismo modo y en idénticos términos cinco años atrás, en su programa
de gobierno redactado para la gestión 2010-2015. Allí figura aún el mismo
compromiso impreso a colores, con sus grises 306 kilómetros, dentro del
capítulo titulado: “proyectos de conexión de capitales de departamento”, en
este caso, Cochabamba con Trinidad.
De modo que no nos digan que cambiaron el trazo, que ahora
bordean la zona boscosa, o, peor aún, que solo llegan a la “entradita” y que al
cabo de la truncada franja asfáltica, instalarán un mirador para fotografiar
loros exóticos. Este año, el oficialismo ha decidido nomás apostar alto para
ponerse a talar árboles antes de que finalice esta década.
En junio de 2013, el Vicepresidente del Estado, flanqueado
por Atilio Borón y el diputado Juan Carlos Junio, le decía a sus amigos
argentinos que “si algún día va a haber esa carretera”, sería de aquí a 100, 50
o 20 años. Pues ya lo saben, se agotó la paciencia; el MAS ha optado por pisar
el acelerador y propinar durante el siguiente quinquenio el anunciado “golpe
geopolítico” contra “la coalición conservadora”, que quiso dividir el país y
formar otro, en aquel turbulento 2008 de llantas flameantes.
El dato es significativo. En esa misma conferencia
vicepresidencial a las orillas del Río de la Plata, García Linera decía que
aunque el MAS había ganado las elecciones departamentales en la zona del TIPNIS
a la cabeza de Jessica Jordan, y no obstante que la consulta aplicada en la
zona había terminado logrando la aceptación de la obra; de todos modos ésta no
se construiría, porque ya se había convertido en un asunto nacional muy
sensible. “Hemos descartado la construcción de la carretera, no va más”,
aseguraba enfático, armado de un mapa, ante el reconfortante alivio de sus
militantes internacionalistas.
“Claro que hay
autocrítica”, aseguró más adelante. Y como muestra de ello reconoció que el
Gobierno no les supo explicar a las 69 comunidades del parque “la necesidad de
la vía”. “Ellos (los indígenas) debieron haber sido nuestros aliados”, ambicionó.
Pues ahora parece que lo son, y que el asunto ha dejado de movilizar a la
gente, esa que ahora se descuelga cada día en las alegres cabinas del
teleférico. Por el silencio estruendoso de la oposición en este tema, calculo
que los días del TIPNIS, ahora sí, están contados.
Fotografía: No a la carretera, Yo defiendo al TIPNIS
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