jueves, 10 de julio de 2014

El desafío de combatir los incendios ocultos del Amazonas

Es debastador lo que ocurre en la Amazonía, sobre esto se refiere el siguiente artículo publicado por BBC-Mundo:


El desafío de combatir los incendios ocultos del Amazonas

Doug Morton
A la entrada de su oficina, Morton tiene un mapa de la Amazonía.
Desde su oficina en el Centro Espacial Goddard, de la NASA, a las afueras de Washington DC., Douglas Morton estudia un fenómeno oculto y dañino de la Amazonía.

Se trata de incendios que apenas sobresalen del suelo, tienen una baja intensidad y se desplazan a paso lento -medio metro por minuto- pero son capaces de mantener sus llamas vivas por semanas y destruir áreas considerables de la selva.
En inglés se les conoce como "understory fires" y su quemadura sigilosa y dilatada, según la NASA, destruyó unos 85.500 kilómetros cuadrados en el sur del Amazonas entre 1999 y 2010.
Estos incendios son un desafío para Morton y sus colegas en la agencia espacial estadounidense, pues los satélites que utilizan para descubrir llamaradas mucho mayores y más destructoras no detectan tan fácilmente el fuego que está casi a ras del suelo.
"La razón para que (estos incendios) sean ocultos es que el fuego quema el sotobosque (el área más cercana al suelo) y el follaje de los árboles bloquea la señal desde nuestra perspectiva satelital", dice Morton.
De ahí que él tenga que combinar sus análisis remotos con visitas a las zonas afectadas en países como Brasil, a donde viaja constantemente.
Morton presentó recientemente un pronóstico de incendios para la temporada 2014 -no sólo incendios ocultos- en diferentes áreas de Brasil, Bolivia y Perú.
BBC Mundo lo visitó en Goddard, en el estado de Maryland, mientras preparaba el informe para conocer cómo detecta estas llamaradas silenciosas.

El uso de satélites


incendio del tipo "understory"
Incendios como éste, casi a ras del suelo, son los que estudia Doug Morton en la NASA.
Aunque los satélites tienen problemas para detectar los incendios que ocurren bajo las copas de los árboles, Morton igual depende de la información que éstos le entregan, pues hay áreas del Amazonas que sólo resultan accesibles con ayuda remota.
"Nuestros equipos basados en el espacio son realmente claves para estudiar las dinámicas del ecosistema de la selva amazónica", admite.
Para evitar las dificultades de detección satelital, Morton y su equipo están recurriendo a lo que NASA describió como una "técnica innovadora": en vez de enfocarse en encontrar fuegos ocultos activos, lo que hacen es analizar el daño que éstos dejan a su paso y la recuperación posterior de la zona.
"Obviamente es importante saber dónde hay incendios hoy, pero es la información temporal la que nos ayuda a hacer la investigación, a entender cómo las variaciones climáticas y las fuerzas económicas están cambiando los patrones de las actividades de los incendios en la cuenca", explica.
Así, por ejemplo, pudo determinar que en épocas de una gran actividad de fuegos ocultos -como 2005, 2007 y 2010- el área de la selva afectada por ellos fue considerablemente mayor que el área de deforestación para la agricultura, según un estudio que publicó el año pasado.
Sus análisis también le permitieron concluir que los riesgos para este tipo de incendios están particularmente vinculados con los cambios climáticos: condiciones específicas de sequía, por ejemplo, son ideales para que estos fuegos quemen grandes áreas.
Por el contrario, los incendios que están vinculados con la deforestación -un problema muy serio en el Amazonas- están impulsados más por presiones económicas, como el uso de la tierra para la agricultura.
El año pasado, el gobierno brasileño reportó que la deforestación de la Amazonía había aumentado 28% en 12 meses.

Remoto, vasto, intacto

Morton en su oficina
Morton le explicó a BBC Mundo cómo estudia los incendios ocultos del Amazonas.
Pero Morton no sólo utiliza información satelital para entender el fenómeno de los fuegos ocultos.
Una parte importante de su trabajo es el que realiza en la región y particularmente con colegas brasileños en Brasil, a donde viaja frecuentemente desde el año 2000.
Su último viaje al Amazonas fue en 2012, al estado norteño de Pará, donde realizó mediciones de la estructura de los bosques.
"Lo que me atrae es la naturaleza remota, vasta e intacta de la mayoría de la cuenca del Amazonas."
Doug Morton
Morton explica que el objetivo de sus viajes es vincular el conocimiento local del trabajo de campo con las observaciones remotas de los satélites.
Así, espera estudiar las variaciones en el uso de la tierra, los cambios climáticos o cómo las presiones económicas -por ejemplo para la agricultura- están afectando la actividad de los fuegos.
"Paso buena parte de mi tiempo enfocado en responder preguntas sobre el Amazonas", concluye Morton en su oficina, donde un mapa de esa región sudamericana figura de manera prominente en una pared.
Es lo primero que se ve al entrar.
"Lo que me atrae es la naturaleza remota, vasta e intacta de la mayoría de la cuenca del Amazonas", concluye con evidente fascinación.

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